Desde hace más de 35 años que Eduardo Catania cultiva especies de distintas partes del mundo con un sistema intensivo semi cerrado que él mismo diseñó en su granja acuática “Agua Dulce”, ubicada en la localidad de San Vicente, provincia de Buenos Aires.
Eduardo es especialista y consultor en Producción Acuícola Intensiva, y produce muchas especies de peces, entre ellas truchas, Koi, salmón siberiano, langosta australiana, y pejerrey, entre otros.
Pero desde hace unos años, su trabajo está puesto en la producción de tilapia (Oreochromis niloticus), un pez originario del Nilo de África, y actualmente el más popular en el mundo, y una de las especies que más consume la comunidad coreana.
Eduardo comenzó con la producción de peces desde muy chico, y hace 37 años que vive de eso. Sus inicios fueron con peces ornamentales como el carassius y el goldfish, y otros tropicales, que los criaba en piletas y lagunas. Su maestro fue Ricardo Sintaku, de origen japonés, y quien le enseñó todos los secretos de la acuicultura.
Ya con una buena base de experiencia, Eduardo comenzó a realizar pruebas e investigaciones, ya que en Buenos Aires se dificultaba el cultivo de peces, para que en un año estuvieran listos a la venta, debido a que el clima no lo permitía. Fue así que empezó a desarrollar nuevas ideas de cultivo usando sistemas de control que él mismo diseñó, y con la llegada de Internet se dio cuenta de que no estaba errado, porque la acuicultura más avanzada en el mundo estaba orientada en la dirección que él estaba desarrollando.
“Aquí desarrollamos la acuicultuta controlada, que ejerce control sobre la calidad del agua, sobre sus parámetros físicos, químicos, y biológicos, para así ejercer un control sobre el desarrollo del organismo que se quiere cultivar y sobre su negocio”, explica Eduardo, quien además construyó un espejo de agua donde funcionó el primer “pesque y pague” de truchas en el país. Allí hay peces que llegan a pesar hasta 20 kilos.
Al mismo tiempo, Catania creó la primera Escuela del Productor Acuícola privada del país, que se dedica a la formación de productores acuícolas y donde enseña un sistema de producción que posibilita tener una cosecha semanal, lo que permite obtener todas las semanas un flujo de dinero y una oferta continua.
“No me gusta pescar, me atrapan todos los aspectos de la acuicultura, me atrapa desarrollar algo que en mi país no se desarrolla por falta de conocimiento, me atrapa la idea de brindar un ejemplo que otros puedan seguir, de difundir lo que aprendí en toda mi vida. La idea es poder lograr un desarrollo y poder dar un aporte a la comunidad; yo sé que suena a fantasía, pero es lo que realmente siento”, comenta Eduardo, y por último, agrega que desarrolló un sistema totalmente sustentable, donde produce peces sin contaminar el ambiente, y todos los desechos se reciclan para producir la energía que mueve al sistema y para producir plantas de huerta sobre el agua, que nunca se desecha sino que vuelve al mismo sistema de producción.
Más información:
Tel: 02225-481871