Viajar por un camino sin mapa o GPS y sin ninguna indicación más que la propia intuición, puede llegar a ser traumático y más aun cuando el estado del camino no se encuentra en buenas condiciones. Y si apareciera una bifurcación, cómo sabremos cuál es el camino correcto. Pero Germán Hary se la jugó sin intuición, sin pensarlo demasiado, y tomó el que siempre lo sedujo: el camino del arte.
Luego de aprender distintas técnicas, Germán se mudó a La
Galia, zona rural en la estación San José, partido de Necochea, donde instaló
su taller. Allí trabaja la pintura y escultura, y también incursiona en la
poesía. “El arte, como la alquimia, posee el don de transformar, de comunicar y
hasta de generar una secuencia de imágenes que termina de desarrollar el
espectador”, dice Germán.
Así como el de las hormigas, el trabajo de Hary es
minucioso y de pasos firmes, decidido a hacer lo que realmente le gusta. En la
pintura incursionó en el Cubismo, un movimiento artístico creado por Picasso y
Braque, que trata las formas de la naturaleza por medio de figuras geométricas
y retrata la denominada cuarta dimensión. Plasma su creación en pequeños y
grandes formatos sobre telas, maderas o murales, y últimamente realiza pinturas
acrílicas al agua.
“Mis obras las expongo conmigo, en las redes, en casas de
amigos y muchas están emplazadas en espacios públicos. Debo tener cerca de 20
trabajos en espacios públicos”, dice Hary, y desde hace más de 4 meses colabora
en conjunto con la Asociación Vida Marina, una iniciativa ciudadana que busca rehabilitar y restaurar los hábitats
marinos dañados por la actividad humana.
Más información: (4) German Hary | Facebook